INTRODUCCIÓN
Todo parece rutinario. Un paciente entra para una endoscopia diagnóstica. El médico confía en su equipo. El procedimiento termina sin complicaciones. El endoscopio “ya había sido desinfectado”. Nadie sospecha nada.
Estudios comparativos han evaluado diferentes modalidades de desinfección, incluyendo:
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Doble HLD (double high-level disinfection)
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Estrategias químicas líquidas avanzadas
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Uso de procesadores automáticos (AERs) y lavadoras-desinfectadoras validadas
Los resultados muestran que todas estas modalidades pueden lograr bajas tasas de contaminación residual en condiciones controladas, e incluso eliminar bacterias, hongos y esporas cuando se siguen estrictamente los estándares internacionales.
Errores invisibles, consecuencias reales
Pero detrás de esa palabra, “desinfectado”, se esconde una realidad que puede ser incómoda. El proceso casi quirúrgico dictado por la evidencia y por las guías parece no ocurrir en el mundo real.
Del 59% al 93% de los endoscopios seguían contaminados incluso después de la desinfección. Del 12% al 25% de los duodenoscopios siguen contaminados después de doble desinfección. Ofstead, en este año, reporta una revisión de brotes —la mayoría en países de primer mundo— y por la FDA (2). 9, 15, 27 pacientes infectados y más de mil expuestos…
Se han documentado miles de reportes a la FDA por fallas de reprocesamiento: personal que omite pasos por falta de tiempo, usa tiras de prueba vencidas, almacena equipos húmedos, o desinfecta a mano sin capacitación adecuada. Algunos daños aparecen cuando nadie relaciona el evento con el endoscopio. En un brote, un paciente enfermó 320 días después de la exposición.
Desinfectar no es un paso: es un proceso crítico
El problema no es la tecnología o el desinfectante, sino pensar que “desinfectar” es un paso… cuando en realidad es un proceso lleno de detalles críticos. Exige alta desinfección (OPA, por ejemplo) con seguimiento al pie de la letra en cuanto al tiempo y concentración, después de un tratamiento en el punto de uso y una limpieza rigurosa. Incluso el mejor desinfectante requiere una limpieza perfecta previa.
El diablo está en los detalles… además hay que monitorizar y documentar cada detalle del proceso. Y en endoscopia, esos detalles pueden salvar o destruir vidas.
Desinfección no es un requisito, es un proceso, literalmente, de vida o muerte. Porque un endoscopio “aparentemente limpio”… puede ser el inicio del próximo brote.



